Lofoten, tierra de reflejos

Lofoten, Noruega

Los reflejos de los paisajes del archipiélago de Lofoten, permanecen largo tiempo en la retina de quién visita estas islas noruegas situadas por encima del Círculo Polar Ártico.

Las aguas del Mar de Noruega que las baña, -y las hace receptoras de la Corriente del Golfo, garantizando el clima relativamente cálido del que disfrutan también en invierno-, son el espejo sobre el que se miran sus montañas peladas de picos nevados, y las en otro tiempo espartanas cabañas de pescadores –rorbu en noruego-, ahora reconvertidas en muchas ocasiones, en acogedores alojamientos.

Lofoten, Noruega

Y es que estas aguas han servido de motor de riqueza a una zona eminentemente pesquera, que sigue secando el bacalao al sol y el viento –cómo se hacía antiguamente-, en unas estructuras de madera relativamente sencillas, llamadas hjell en noruego.

Lofoten, Noruega

Las mismas aguas que llegan mansamente a la sucesión de playas de finísima arena que encontramos -en un lugar en el que difícilmente se podría imaginar-, en las que se disfruta del silencio y la soledad.

Lofoten, Noruega

No es de extrañar que numerosos artistas hayan hecho de Lofoten su hogar y su fuente de inspiración. Ni de que en Lofoten se encuentren varios de los 33 trabajos de artistas internaciones que participan en el proyecto Artscape Nordland.

Una iniciativa que nos permite contemplar -en la isla de Austvågøya- la instalación de cristal del artista norteamericano Dan Graham, otra de cuyas obras se encuentra en el parque de esculturas más bonito de Oslo, Ekebergparken.

Una vez más, los reflejos de Lofoten.

Avistamiento de ballenas en Noruega

Vesteralen, Noruega

La naturaleza de Noruega te sorprende desde el mismo momento en el que pones un pié en el país.

Oslo, la capital noruega, es una ciudad de contrastes, en la que la arquitectura de vanguardia se rodea de bosques, pero es especialmente cuándo nos desplazamos hacia las zonas del norte del país, cuándo los paisajes -apenas alterados- nos cautivan por su naturalidad.

El arquipiélago de Vesteralen, situado al noroeste del país -junto al Mar de Noruega y al norte de las islas Lofoten- es uno de esos lugares. Está formado por varias islas principales -entre las que se encuentran Langoya, Hinnoya, Hadseloya y Andoya-, y algunas menores, llenas de pequeñas colinas en las que practicar ciclismo, playas eternas para pescar, y hasta grandes montañas, para los amantes del alpinismo.

En el extremo norte de Andoya -a unos 300 kilómetros del Círculo Polar Ártico-, se encuentra la ciudad de Andenes, una localización que la convierte en perfecta para contemplar el sol de medianoche -ese fenómeno casi mágico que hace que el sol sea visible las 24 horas-, desde mediados de mayo a finales de julio.

Vesteralen, Noruega

Pero su atractivo no terminan ahí, ya que Andenes es también lugar de peregrinación para los que quieren realizar avistamiento de ballenas.

Estos enormes cetáceos han atraído a los humanos desde la antiguedad, y han sido protagonistas involuntarios de nuestra cultura. Desde la Biblia -el profeta Jonás salvado por una ballena-, hasta los cuentos populares, -el díscolo Pinocho que acabó en la vientre de otra-, sin olvidar al más famoso de todos ellos, Moby Dick, y la destructiva obsesión del capitán Ahab, protagonistas de la obra de Melville, que a la mayoría nos ha emocionado.

Ballenas en el Mar del Noruega, Vesteralen

El viaje en barco para contemplarlos en vivo -cuándo acuden a alimentarse al mar de Noruega-, es una de las experiencias más emocionantes que se pueden realizar. La mejor época para realizar avistamiento de ballenas, va de noviembre a marzo, aunque también hay altas posibilidades, desde mediados de mayo a mediados de septiembre.

Es recomendable reservar con antelación y no olvidar la ropa de abrigo, además de recordar que las condiciones del mar, pueden aconsejar tomar una pastilla contra el mareo.