La posibilidad de disfrutar de algo desconocido para la mayoría, hace de muchos lugares una experiencia en si mismos.
En Nueva York, por ejemplo, causan furor los locales que recrean el ambiente y puesta en escena de los speakeasy de la época de la ley seca. París, una ciudad en la que la exclusividad y la búsqueda de la originalidad son habituales, nos sorprende con un interesante ejemplo, ligado, cómo no, a la gastronomía.
Para disfrutarlo, hay que enviar un mail y esperar varios meses. La confirmación con la dirección del lugar, no se trata de un restaurante público, sino de una vivienda particular, nos permitirá disfrutar de una velada gastronómica en compañía de otros agraciados, y todo ello de la mano de una pareja de americanos que han encontrado en Hidden Kitchen una fórmula de éxito.
De momento, según indican en un reciente artículo, van pocos españoles.
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Publicado por M.Carmen Voces